domingo, 30 de junio de 2013

Sobre Nada de Carmen Laforet.

Movido por la curiosidad que inspira siempre mi amigo Daniel Martín he iniciado la lectura de esta novela de Carmen Laforet, premio Nadal en 1944, que ya solo por el título promete...
Me está resultando más que interesante y la crítica de Dani me parece magnífica con tan solo treinta páginas que llevo leídas.
Es una novela sencilla, profunda. He comprendido en el trascurso de estas páginas cómo la vida de la joven Andrea corría el riesgo de ser absorvida por la propia vida de esa casa familiar donde se hospeda. Y en la página treinta precisamente leo que su tío Román, en una conversación a solas con ella le dice: "Cuando vivas más tiempo aquí, esta casa y su olor, y sus cosas viejas, si eres como yo, te agarrarán la vida". Carmen Laforet ha manejado genialmente el trascurso de la novela hasta ahora para hacer ver al lector, en este caso yo, lo que realmente pretendía. 

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Acabé la novela y me ha dejado muy buena impresión. Andrea es el personaje principal a través de la cual se narra la sencilla, pero profunda historia de una etapa de su vida que a buen seguro la marcará para siempre.

La estancia de Andrea durante un año de estudios en una casa familiar de Barcelona, en la calle Aribau, la ponen en contacto con unas terribles formas de vida, las de sus familiares de Barcelona, su tío Román, un personaje enigmático y un músico polifacético y extraordinario, aunque mala persona en el fondo. Su tío Juan, un lunático con un terrible complejo de inutilidad que pinta cuadros de penosa calidad. Su tía Angustias otra loca atormentada por una desmedida y retorcida concepción del decoro personal según la costumbre al uso en aquella época de principio de los años cuarenta. La abuela de Andrea y madre de los anteriores, una mujer buena y entregada a los demás e inmerecidamente a sus, para mí, indeseables hijos. La criada Antonia, fiel a Román con su perro faldero. La mujer de Juan, Gloria, bella, pero pobre paleta e ignorante, y el hijo de ambos que apenas tiene un año de vida. 
Gloria recibe tremendas palizas desde la impotencia y complejo de su brutal marido. En este hábitat de recelos entre unos y otros y donde los golpes y los insultos entre ellos están a la orden del día es donde tiene que hacer Andrea parte de su vida mientras va completando sus estudios universitarios. Ambiente viciado y recrudecido a causa del hambre y la pobreza de postguerra de una familia que debió ser distinguida y afable en otro tiempo, a juzgar por lo que la abuela le cuenta a Andrea, y que parece que la inmundicia de las más pueriles personalidades de cada uno, menos de la pobre abuela, afloran ante la desesperación de unas vidas sin esperanza.

Pero no todo es así en Barcelona para ella. Afortunadamente hace amistades en la universidad y conoce a su gran amiga del alma, Ena, con quien compartirá una profunda amistad. Sus extravagantes y millonarios amigos bohemios, estudiantes como ella que como dice Dani juegan a ser artistas. 
Su amigo Pons un tipo ingénuo a través de quien conoce al resto. Guixols artista de la pintura que sueña con ser como un Picasso. Iturdiaga, amante de la poesía y un fantasioso siempre optimista. Por otro lado están Ena y su amor platónico Jaime. Los padres de Ena. Su padre, un tipo fino y simpático y su madre, preocupada por las andanzas de su hija que revolotea en torno a Román. Su madre estudió música en el conservatorio con Román precisamente quien la dejaría marcada por muchos años, pero Ena, que tiene mucho de su madre, tiene además cierto punto de madurez aunque con la locura propia de la juventud que le permite salir airosa, también gracias a Andrea, de situaciones complicadas.

Andrea, la protagonista, de la que se puede sacar una descripción desde dentro, la que da la propia escritora, y una descripción desde afuera, que es la que muestran indirectamente sus amigos y más directamente su amiga Ena. Y mi descripción a la vista de estas dos visiones me presenta a Andrea como una chica tímida, inteligente, prudente, que analiza todo sin decidirse a hablar más de la cuenta o actuar alocadamente ante situaciones difíciles. Me parece una chica despistada que a los ojos de sus amigos la hicieron parecer algo tonta, sobre todo para Ena.

Una novela en la que la protagonista no parece haber sacado nada en claro a lo largo de ese curso universitario, pero que verdaderamente sí que fue un año de importantes experiencias que le llevaron a madurar su concepción de las cosas de la vida. Una novela con múltiples lecturas en muchos de los episodios que se narran y sin perder la sencillez genial de la autora que describe los entornos y las personalidades de los personajes con una extraordinaria maestría. La autora me ha hecho bucear para adentrarme en un mundo de posibilidades que hacen de este libro una gran obra a la que siempre se puede recurrir. 
Como decía Julián Marías, no exactamente con estas palabras, que los libros buenos, los que merecen la pena, lo son en la medida en que se puede volver a ellos una vez más.

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